Maria-Louise Genet
Al principio, mi objetivo era recuperar mi salud. Vengo de un agotamiento extremo y noté que los suplementos me estaban haciendo mucho bien. Poco a poco fui mejorando y por eso no quería dejar de tomar estos suplementos que están hechos de ingredientes naturales y, por lo tanto, realmente funcionan en el cuerpo (a diferencia de toda la porquería sintética de la industria química). En Beyuna, puedo confiar al 100 % en que no hay ningún aditivo, colorante o sustancia sintética en el producto final, y además, cada lote se prueba para detectar sustancias relacionadas con el dopaje; esto es algo muy excepcional en comparación con las empresas que solo prueban sus productos de manera aleatoria.
Los suplementos de Beyuna son caros porque el proceso de fabricación es muy diferente y mucho más intensivo que en las fábricas de la industria química que pueden funcionar las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Mientras que la industria química utiliza procesos muy automatizados y la vitamina C sintética se extrae a menudo de formas no naturales, Beyuna trabaja con proveedores que obtienen los ingredientes de agricultores que no rocían sus tierras. Además, las bayas de Amla, por ejemplo, solo se pueden cosechar una vez al año. Los agricultores (y pescadores) reciben salarios justos y no hay trabajo infantil. Todos estos valores son personalmente muy importantes para mí, ya que tengo una formación en derechos de la tierra y los derechos humanos, responsabilidad médica y derecho de contratos.
En la Academia, aprendes muchísimo sobre estos temas y entiendes por qué estos productos tienen un precio diferente al de los suplementos que se venden en las tiendas. Todavía se necesita mucho trabajo manual y a menudo no se pueden usar máquinas automáticas para llenar las cápsulas, lo que hace que el proceso de producción sea mucho más lento que en empresas completamente automatizadas. Además, las cápsulas son de una calidad muy alta, a diferencia de la mayoría de las cápsulas hechas de gelatina (desperdicios de sacrificio) o fibras de madera blanqueadas con cloro (HPMC), que pueden causar problemas digestivos o introducir hormonas, antibióticos, restos de medicamentos y otras sustancias tóxicas sin que se sea consciente de ello. Esa es precisamente la razón por la que estos productos no se venden en las tiendas, sino solo a través de distribuidores individuales. Le damos mucha importancia a esta transmisión de conocimiento.
Me costó un tiempo darme cuenta de la oportunidad única que Beyuna ofrece a las personas que, por cualquier motivo, ya no encajan en el sistema, especialmente para los buscadores de la verdad y los que la defienden. Cuando lo entendí, se me abrió un mundo nuevo, y ahora no querría hacer otra cosa que lo que hago ahora. El emprendimiento independiente bajo la orientación de Beyuna es una bendición.
"Si te atreves a dar este salto, es una de las cosas más hermosas que te pueden suceder."
Hoy en día, he recuperado casi por completo mi salud y estoy en camino hacia la independencia financiera. Eso significa libertad, y es el valor más importante para mí en la vida. Quiero poder hablar, pensar y trabajar con libertad. Sin embargo, la libertad también conlleva responsabilidades, por lo que no es para todos. Pero si te atreves a dar este salto, es una de las cosas más hermosas que te pueden suceder. Estoy extremadamente agradecida con Beyuna por todas las oportunidades que me da. No conozco otra empresa tan íntegra y tan transparente en todo lo que hace. Creo que he aprendido más en el último año que durante mis estudios de derecho y mi formación de abogada, aunque también adquirí muchos conocimientos durante esos siete años.
Honestamente, también tengo mucha curiosidad por ver dónde estaré dentro de cinco o diez años, o en qué situación se encontrará el mundo; vivimos tiempos muy inciertos y desconcertantes, y siento que estamos en el ojo de la tormenta. Por lo tanto, es fundamental mantener el enfoque y seguir nuestro rumbo, dejando que la brújula del horizonte nos guíe.
Lo que más me gusta de Beyuna es que el dinero en el mundo se distribuye de una manera muy diferente a lo que estamos acostumbrados con las multinacionales. Aquí el dinero va a las personas que realmente hacen el trabajo, y no a agencias de publicidad inútiles o grandes empresas de inversión que solo vacían la economía local. Donde los intereses financieros perversos dominan y se cierran los ojos ante prácticas corruptas, en Beyuna el ser humano está en el centro: "salud antes que beneficios", como debe ser.
Los distribuidores son, ante todo, embajadores (en lugar de vendedores). Nosotros mismos usamos los productos y nos formamos (a través de formaciones semanales para quienes lo deseen) sobre los productos y los principios activos para poder aconsejar a nuestros semejantes sobre los productos que podrían utilizar. Nos pagan por estos consejos. Es una forma de trabajar mucho más justa. También es una forma de trabajar más inteligente: nos ayudamos mutuamente y todos nos beneficiamos. El dinero no "se filtra", sino que se queda en la economía local. En resumen: una forma maravillosa de trabajar que beneficia a todos.
